Escuela de Negocios FEDA

Un fantasma recorre el mundo, el fantasma de la inflación. Cualquier lector se habrá llevado las manos a la cabeza ante la sucesión de indicadores que lo certifican. Sube la energía, sube el petróleo, todo sube. La inflación ha vuelto y es oficial. Y sus efectos multiplicadores los vamos a notar. Y habrá gente que se muestre sorprendida porque esta alza en los precios tampoco parece ser producto de un desenfrenado consumo o de una inusitada bonanza económica. ¿Cómo se puede explicar entonces?

La Junta Única de Resolución bancaria (JUR) se estrenó en 2017 con la aplicación del mecanismo de absorción de pérdidas que originó un gran quebranto a más de 300.000 bonistas o accionistas del Popular. Estos fueron las verdaderas víctimas de una actuación que la propia JUR no aplicó a algunos bancos italianos que no tenían mejores ratios.

Cuando estamos antes una nueva situación o nos topamos con un desafío como el que ha supuesto la COVID 19, las habilidades para gestionar los cambios y la incertidumbre en general ponen de manifiesto que será necesario aplicar otros métodos diferentes a los habituales, porque desaparecen los horizontes de previsión y necesitamos planes a corto plazo, lo que se acerca más a proponer enfoques concretos que nos hagan más ágiles y resilientes.

Hace años que las empresas hemos descubierto la importancia de trasladar a nuestros clientes, empleados y socios comerciales un propósito corporativo emocionante y retador. Por ejemplo, que hemos venido al mundo a democratizar la información. O que existimos porque alguien -y quién mejor que nosotros- está en el planeta para liberarlo de malos humos o de estas o aquellas amenazas.